- 31-01-2022
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Gurelan amplía y moderniza sus procesos de granallado
El granallado es uno de los procesos de tratamiento más importantes para multitud de sectores industriales, y la inyección a presión de piezas de Zamak y Magnesio no es una excepción. Gurelan cuenta con diferentes tipos de máquinas para garantizar la calidad superficial necesaria para el acabado final de cada pieza, como Tambores separadores, Lijadoras, Vibradoras y diferentes tipos de granalladoras. Ahora, una nueva máquina granalladora de última generación Rösler MT amplía y moderniza la capacidad productiva de esta sección optimizando tanto la calidad como la eficacia en diferentes tipos de piezas.
El granallado es un método de desbarbado por impacto utilizado para eliminar rebarbas, aristas, fortalecer o pulir el metal en procesos industriales, y está presente en prácticamente todos los sectores y aplicaciones que utilizan metales, desde la aeronáutica a la electrónica, pasando por el automóvil y la construcción. Consiste en lanzar partículas abrasivas (granalla) a gran velocidad que, al impactar con la pieza tratada, logran eliminar impurezas de la superficie y, en el caso de Gurelan, partes superficiales no deseadas de la pieza, como las rebarbas producidas por el cierre de los moldes a la hora de inyectar el Zamak o el Magnesio para fundir una pieza.
Normalmente, la operación de granallado se identifica por la utilización de microesferas o granalla angular de acero. También se pueden utilizar otros elementos como vidrio, partículas cerámicas, óxido de aluminio, arena, granalla de acero inoxidable, e incluso abrasivos de origen vegetal o plástico.
La nueva máquina de granallado de Gurelan
A diferencia de otros sistemas de granallado, la principal característica de la Rösler MT que ha adquirido Gurelan es la geometría especial de su tambor rotativo. El mayor reto a la hora de granallar grandes lotes de piezas es lograr un resultado de máxima calidad y homogéneo en todas las unidades. Para ello, el interior del tambor de este modelo ha sido diseñado con unos bordes perfilados que permiten una óptima distribución de la carga durante el proceso.
La pieza clave se encuentra en el fondo del tambor: se trata de un triángulo piramidal de tres caras que permite a las piezas ser alcanzadas de manera uniforme por el chorro limpiador. Este diseño único crea el innovador efecto multi-tumbling que da nombre a este modelo de Rosler, o volteo múltiple, gracias a los diferentes elementos del tambor: cuando el tambor gira, los bordes de la pared interna del tambor giran y mezcla las piezas.
Un diseño innovador que garantiza un granallado óptimo
Al mismo tiempo, la pirámide provoca que las piezas que giran en el fondo del tambor se desplacen a la parte superior de la masa. Este efecto de volteo múltiple asegura que el chorro de granalla alcance todas las zonas de superficie de la pieza y todas las piezas por igual, produciendo unos resultados de granallado aún más consistentes. Para Gurelan, las principales ventajas de esta nueva máquina es su capacidad para conseguir superficies de piezas libres de rebarbas en tiempos de proceso cortos con un acabado altamente consistente.
Gracias a la incorporación de este nuevo sistema, Gurelan optimiza el acabado de piezas, mejorando la eficacia y la capacidad productiva de toda la producción de piezas de Zamak y Magnesio.
La nueva máquina granalladora es totalmente automática: primero un brazo elevador introduce suavemente la carga de piezas dentro del tambor, que se encuentra inclinado para que las piezas ocupen el lugar adecuado en su interior. A continuación, la tapa se cierra para completar el proceso de limpieza por rotación. Finalmente, el tambor se vuelve a abrir y retoma la posición horizontal, lo que permite que las piezas salgan de la máquina suavemente y con el grado de acabado deseado.
¿De dónde viene el granallado?
Según estudiosos y expertos, la idea del granallado surgió de un grano de arena, como no podía ser de otra manera. La leyenda cuenta que todo comenzó a mediados del siglo XIX, cuando el soldado e inventor estadounidense Benjamin Chew Tilghman (Filadelfia, 1821-1901) observó las marcas que dejó la arena al tras chocar contra el cristal de su ventana durante una fuerte tormenta. Aunque el poder limpiador y abrasivo de la arena era conocido desde tiempos inmemorables, el proceso evolucionó y en 1862 el arenado empezó a resolver problemas de adherencia de pinturas de protección y limpieza de incrustaciones durante la guerra de Secesión, época en la que sirvió para eliminar pintura, óxido y materiales contaminantes.
Más tarde, ya en el siglo XX, Louis D. Peik llevó el invento de Tilghman a un nivel de producción industrial cuando creó el granallado por turbina en 1933, desarrollando con gran éxito la primera máquina que combinaba una turbina, un tambor y un elemento abrasivo. Había nacido el granallado tal y como lo conocemos ahora. Un año más tarde, en 1934, Gurelan empezó a producir sus primeras piezas, arrancando una aventura industrial que casi un siglo después sigue adelante con más fuerza innovadora que nunca.